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Reforma laboral bajo lupa: hacen falta 48 contratos para sacar a una persona del paro

Pese a los anunciados “logros”, un dato chirría: hacen falta 48 contratos firmados para sacar a una persona del paro.

Por primera vez en casi dos décadas, España registra niveles históricos de afiliación y caída del desempleo: menos de 2,405 millones de parados y más de 21,860 millones de afiliados a la Seguridad Social, gracias sobre todo al «efecto verano».

Una cifra que pone en jaque la eficacia de la reforma laboral, aprobada en 2021 con la promesa de reducir la temporalidad y estabilizar el empleo.

Este artículo analiza en profundidad lo que hay detrás de ese número y por qué, para muchos, el mercado laboral español sigue siendo como una rueda que gira y gira sin avanzar.

 

El origen del dato: 48 contratos por persona

En junio de 2025 se firmaron 7,440,000 contratos frente a los 154,755 parados menos. La operación aritmética es directa: 7,440,000 ÷ 154,755 ≈ 48 contratos por cada persona que sale del desempleo.

Esto se debe al elevado número de contratos temporales orquestados por la estacionalidad del verano, que secuestran una temporalidad muy elevada: 6 de cada 10 contratos en junio fueron temporales.

 

El espejismo estacional: límites del “boom veraniego”, España necesita 48 contratos para sacar a una persona del paro

La reducción del paro en junio, especialmente en el comercio y la hostelería, refleja un patrón que se repite cada año.

Si bien estas cifras mejoran la estadística, esconden un problema estructural: temporalidad elevada, fijos discontinuos y rotación constante.

La patronal CEIM, citada en LaboralPension.es, alerta de que Madrid muestra más estabilidad, pero que en el global se firman dos contratos semanales por trabajador en paro.

La reforma laboral: ¿un paso adelante o un espejismo?

La gran promesa del Real Decreto-ley 32/2021 fue reducir la temporalidad: pasó del 26 % al ~15 % en 2025, con una cifra histórica de contratos indefinidos (43,85 % en febrero).

Sin embargo, el crecimiento de los contratos fijos discontinuos ha generado polémica: muchos críticos los ven como una forma de maquillar la estabilidad.

Paradójicamente, la proporción de contratos indefinidos se deteriora al considerar los múltiples contratos que cada vez necesita un trabajador para escapar del paro.

 

El coste humano de la rotación

Firmar 48 contratos para que una persona salga del paro no es gratuito. La rotación genera:

  • Inseguridad laboral y emocional para el empleado.
  • Costes administrativos para empresas en selección, contratación y gestión.
  • Eficiencia mínima, con inversión recurrente en formación.
  • Impacto en productividad, ya que los empleados temporales rinden menos.

El fenómeno de «La Gran Rotación» afecta a millones cada trimestre y obstaculiza el crecimiento sostenido del país.

 

Comparativa europea: un modelo deficiente

España es el único país europeo con paro de doble dígito (10,8 %) y paro juvenil del 25,4 %.

Otros países reducen la rotación con incentivos a la contratación indefinida y un manejo eficaz de la estacionalidad—un modelo aún pendiente en España.

 

El factor temporalidad: contratos y duraciones, España necesita 48 contratos para sacar a una persona del paro

A pesar de la reforma, aún persisten:

  • Contratos eventuales por temporadas.
  • Contratos cíclicos vinculados a establecimientos turísticos y a los cambios de estación.
  • Duración media de contratos que apenas supera los 48 días, e incluso ha caído respecto a 2021.

La contratación indefinida se reduce <45 % del total, y los fijos discontinuos crecen sin resolver la precariedad subyacente.

 

Medidas en curso: evaluación cualitativa pendiente

El Ministerio de Trabajo creó un grupo de expertos, liderado por Luis Ayala, para evaluar hasta fin de 2025 el impacto real de la reforma.

Los temas clave a analizar son:

  • Uso real de los contratos indefinidos.
  • Rol de los fijos discontinuos.
  • Variación entre sectores y colectivos (jóvenes, mujeres).
  • Estacionalidad persistente.

La expectativa: conocer si la multiplicidad contractual se traduce en estabilidad real o solo en cifras engañosas.

 

Contexto macroeconómico: empleo vs paro real,

Aunque el paro registrado baja a 2,405 millones, muchos permanecen en paro de larga duración: el 46 % llevan más de un año desempleados.

Europa exige políticas activas integradas, no solo endebles paliativos estacionales.

 

Propuestas para corregir rumbo

Limitar repetición de contratos temporales: menos de 3 encadenamientos al año.

  • Bonificar conversiones a indefinidos, especialmente fuera del sector estacional.
  • Incentivar fijos discontinuos estables: tres convocatorias por año y consolidación progresiva.
  • Coste social asumible: reducir indemnización en el entorno fiscal para indefinidos tardíos.
  • Protección real al desempleado: formación, orientación y ruta a indefinido.
  • Transparencia estadística: distinguir contratos firmados de empleos estables creados.
  • Evaluación continua: seguimiento del grupo de expertos y respuesta al diálogo social.

 

El reto inesperado: hacer más con menos

La clave no es firmar más contratos, sino transformar cada contrato en estabilidad real.

España necesita un mercado que cree empleo duradero, no una estadística inflada por trampas administrativas.

El número 48 no debería seguir siendo el símbolo de una reforma que maquilla datos en lugar de cambiar vidas.

 

Conclusión Reforma laboral bajo lupa: hacen falta 48 contratos para sacar a una persona del paro

La reforma laboral ha logrado avances tangibles, como la caída notable de la temporalidad y el incremento de indefinidos.

Pero los 48 contratos por baja de paro revelan una realidad frustrante: cifras engañosas, rotación interminable y escasa estabilidad real.

No basta con cambiar el formato si el fondo sigue igual: si una persona debe pasar por 48 contratos para salir del paro, el mercado laboral sigue siendo un laberinto que atrapa, no una vía para avanzar.

 

El verdadero cambio demandado no es legislativo, es cultural y estructural. España necesita un modelo que premie la permanencia sobre la cifra, la estabilidad sobre la estadística y la dignidad del trabajo sobre la propaganda política.

Sin ese giro, la reforma seguirá siendo un espejismo que brilla en verano y se desvanece al primer frío.

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