¿Estás listo para crear una Startup?

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En estos años recientes está “de moda” lo de crear una start-up. Suena guay, moderno, tecnológico, al día, algo así como empresario del futuro… pero en realidad estamos hablando de crear una empresa de toda la vida, como el “Bar de Paco” o el “Bar de Manolo”, que llevan años y años, día a día, levantando e intentando mantener su negocio a flote dentro de una maraña de normativas, obligaciones y legislación que por lo general no ayudan, sino que limitan la iniciativa y la creatividad.

Ahora hay más herramientas, más posibilidades de acceder a financiación, ayudas, etc., hay también tecnología y plataformas que pueden facilitarnos la entrada, pero si vamos a la esencia, si vamos a la “realidad real”, seguimos hablando del mismo concepto del “Bar de Paco y Manolo”, del de toda la vida con sus tapas y sus cañas.

La publicidad y los casos de éxito que vemos en las redes sociales, donde un chico joven, que comienza a sus veinte años creando una start-up con una app y logra acumular millones de euros en una ronda con business angels, y luego a través de aceleradoras logra posicionarse como líder en un sector donde factura millones, realmente existen, porque he conocido personalmente a varios de ellos, pero tenemos que tener muy claro que son una pequeñísima minoría, a la que por supuesto hay que apoyar y admirar si cabe, pero son muchos miles, decenas de miles, los casos que no se ven, que no salen en los medios o en las redes, que encuentran muchas dificultades para salir adelante.

Ese elemento aspiracional con el que solemos quedarnos cuando nos hablan de start-ups, donde nos imaginamos con un portátil a la orilla de la playa, llevando nuestro negocio en chanclas, y pensamos… “eso es lo que quiero para mí, ése es el negocio y el estilo de vida que quiero llevar” “algo que me deje mucho tiempo libre, sin jefes, sin presiones…” … “tengo que montar una start-up”. Y claro, luego nos conseguimos (chocamos) con la “realidad real” donde nos percatamos que estamos hablando de los mismo de siempre, del “Bar de Paco y Manolo”, pero con más herramientas y más recursos online. Pero levantarse temprano todas las mañanas, trabajar 14 horas diarias o muchas más, dedicarse en cuerpo y alma al trabajo a costa de mucho sacrificio no solo del emprendedor sino de tu familia, todo eso seguirá igual, salvo contadísimos casos que se salen de lo normal. Ahora no tendremos un jefe sino decenas o cientos de jefes, o sea, tus clientes, que pasan a ser tus jefes y los tienes que tratar y mimar como no lo habías hecho con ninguno de tus jefes anteriores. Pero es así, es una manera de ver las cosas diferentes, es una forma de vida diferente y donde tendrás la obligación de adaptarte emocionalmente a todas ellas si quieres seguir adelante.

Soñar no cuesta nada, emprender sí, y mucho. No solo dinero, esfuerzo y tiempo, sino que estás invirtiendo una gran parte de tu vida, con todo lo que eso representa y todos los riesgos que asumes. Eso sí, la recompensa, si la logras alcanzar, suele ser grande, y no solo económica, sino también en satisfacción, en logros, en confianza en ti mismo, en conocimiento, en experiencia y en vivencias… Posiblemente el aprendizaje sea duro, más largo y complejo de lo que te imaginabas antes de comenzar, pero es posible, ¡claro que es posible!

¿Pero estás preparado para ello?

Eso de que el emprendedor nace o se hace es un tema intenso y además contempla muchas variables, desde educación, cultura, situación personal, preparación, carácter, experiencias personales vividas, oportunidades, contactos, etc., etc., etc… Posiblemente lo profundice en otro artículo, pero lo que sí puedes tener en cuenta es que necesitarás muchas aptitudes y actitudes, considerando además que algunas de ellas no se enseñan por lo general en cursos, seminarios, conferencias o másteres.

Algo que debes desarrollar desde el inicio es tu capacidad de gestionar la incertidumbre. Cuando emprendes, las nuevas experiencias suelen ocurrir desde los primeros días, tanto las buenas como las malas. La realidad te lleva a probar, a equivocarte, a conocer gente nueva, a conocer proveedores, a establecer procedimientos, a vender, a delegar (si tienes a quién delegar), a cobrar, a administrar… y casi se me olvidaba… a llevar tu negocio, a desarrollar tu actividad principal. Son muchas cosas nuevas y casi todas a la vez. Emprender es acostarte sin saber muy bien qué ocurrirá mañana en tu empresa, con lo cual, es muy importante que aprendas a gestionar esa incertidumbre, no solo en tu gestión del día a día sino a nivel emocional.

Una actitud que también es importante incorporar en tu lista para emprender es acostúmbrate a sobrepasar los límites. Si te encuentras con un obstáculo, algo a lo que hay que acostumbrarse casi desde el primer día, tienes que vencerlo, sobrepasarlo y además tomar las medidas para evitar que se vuelva a presentar en el futuro. Y en el momento que llegues a una meta la idea no es detenerse y decir “ya he llegado”. Es el momento de ponerte la siguiente meta y mejorar más, crecer más, potenciar más, optimizar más, para alcanzarla y sobrepasarla.

Otro elemento importante a tener en cuenta es que debes venderte a ti mismo, lo que ahora se llama la “marca personal”, pero que siempre lo hemos tenido que hacer como emprendedores. Ahora la marca personal se debe estructurar, canalizar, gestionar mediante estrategias de comunicación y mantener en el tiempo, al igual que las marcas comerciales, incluso contratando consultores que te ayuden a desarrollarla.

Cuando emprendes, debes asumir que están en un entorno cambiante y menos estable que en una empresa “tradicional” o como empleado. Pero uno de los cambios más importantes que debes internalizar es que comenzarás a pensar menos en ti mismo y más en tu empresa y en tus empleados. Con lo cual, aceptas emocionalmente la realidad, que eres dueño de una empresa pero que tu esfuerzo, experiencia, tiempo y dedicación le pertenecen a otros. Esos otros pueden ser tus clientes, tus empleados o toda persona o empresa que de alguna u otra manera se relaciona con tu proyecto. ¿Es positivo? ¿es negativo? realmente no lo sé, lo escribo aquí reflejando mi experiencia, donde he comenzando y terminando varios proyectos desde los años noventa. En esos días de mis comienzos no había internet ni se hablaba de start-ups, business angels, crowdfunding, crowdlending, fondos de venture capital, etc., pero en el fondo el emprendimiento era el mismo de ahora, asumir riesgos, luchar, comprometerte, arriesgar, tener personas que dependen de ti, motivar, innovar, esforzarte, sobreponerte a momentos complejos, darte ánimos, momentos de soledad, momentos de preocupación, momentos de satisfacción, momentos de alegría y momentos llenos de logros. Realmente ¡toda una aventura!

¿Estás preparado?

Javier Galué
Consultor de PYMES y Startups en Comunicación Estratégica, Reputación y Liderazgo
Linkedin
http://comunicaemocionayconvence.com/ 

 

 

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