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Emprendimiento con moraleja: «Cuidar siempre de nuestros clientes»

Esta historia de emprendimiento es la de un hombre de campo que, debido a su amor por la mecánica y los coches, terminó convirtiéndose en el ideólogo de una de las marcas de automóviles de lujo más conocidas del mundo.

Ferrucio Lamborghini era un hombre dedicado a la agricultura. Sus padres, vinicultores de profesión pero siempre con tendencia a la mecánica, le enseñaron este mundo, al que él también quiso dedicarse. El primer paso fue darle unos toques a su nuevo tractor, con el objetivo de mejorar la productividad del mismo.

Después de que los ingleses lo pusieran en libertad tras ser prisionero de en la II Guerra Mundial, Ferruccio, a pesar de ser consciente de que Italia sufría en este momento una importante escasez en materiales agrícolas, abrió su propio taller, donde utilizaba piezas de vehículos militares en desuso y creaba transportes parecidos a los tractores.

De este taller surgió más tarde la compañía Lamborghini Tractori SpA, donde se fabricaban unos 400 tractores al mes, todos con tecnología propia y motores de hasta cuatro cilindros. A finales de los años 60, ya era una de las fábricas más grandes de maquinaria agrícola.

Para entonces, Ferruccio ya era una de las personas más ricas de Italia, por lo que decidió darse un “pequeño” capricho que siempre había querido: Comprarse un Ferrari.

El encontronazo con Ferrari

El gran coche comenzó a dar problemas y, aprovechando los conocimientos que tenía sobre mecánica, decidió que la mejor idea era arreglarlo el mismo. Para su sorpresa… Ferrari estaba utilizando para sus coches el embrague que el propio Ferruccio había creado para sus tractores.

Lamborghini, enfadado, acudió a Módena, donde se encontraba la sede principal de Ferrari. En esta parte de la historia hay dos versiones: La primera dice que Ferruccio le pidió una cita a Enzo Ferrari y este se la denegó. La otra asegura que, al mostrar Ferruccio su enfado, Enzo le contestó: “dedícate a tus tractores” y que “no sabía nada de autos deportivos”, algo que, irremediablemente, enfadó mucho a Lamborghini.

La reacción de Ferruccio

Al sentirse humillado, decidió demostrar a Ferrari que estaba muy equivocado. Los ingenieros de su equipo desmontaron su Ferrari y, al comprobar que la mayoría de piezas que componían el coche eran estándar, se pusieron manos a la obra con un nuevo coche deportivo.

Esto, por supuesto, provocó la confirmación de la rivalidad entre Ferrari y Lamborghini.

Nueva era en Sant’Agata Bolognese

En mayo de 1963, Ferruccio fundó la sociedad Automobili Ferruccio Lamborghini, instalándola en una gran finca en Sant’Agata Bolognese.

El primer modelo de coche que lanzó la compañía, el 350 GTV, vio la luz muy rápido, ya que contaban con muy pocos meses de margen entre la creación de la fábrica y la inauguración de la misma, que estaba prevista para el Salón del Automóvil de Turín, en noviembre de 1963.

La presentación fue todo un éxito, como los casi sesenta años que llevan estos automóviles de lujo en el mercado.

A día de hoy, parece que la rivalidad entre las dos marcas de coches de lujo ha desaparecido. Ferrari forma parte de FIAT y Lamborghini pertenece a Audi, pero una conclusión muy clara que puede dejarnos esta historia es: Cuidar siempre de nuestro cliente. Nunca sabes quién va a convertirse en tu competencia.  

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