La patronal europea de las pymes (UEAPME) ha mostrado su cautela ante la intención de la Comisión Europea de establecer permisos de paternidad obligatorios de diez días, y adicionales de hasta cuatro meses.

Para esta agrupación continental supondría un «problema», por los costes financieros, la carga burocrática y la carga sobre otros compañeros que tendría la normativa planteada. Problemas que generarían a su vez una caída de la productividad.

Según el asesor de la UEAPME, Arnold de Boer, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Europa Press, «la mejor solución depende realmente de los mercados laborales nacionales y de cómo reacciona la gente a los diferentes incentivos. Lo que se debe evitar es una pérdida de la productividad de las pequeñas empresas».

El problema para esta agrupación es que muchas pymes en Europa son micropymes con cuatro o cinco trabajadores, por lo que cada permiso de este tipo tendría un gran impacto en el día a día de la compañía en cuestión, reflexiona de Boer.

Piden un enfoque menos estricto, para evitar las mencionadas cargas. Y solicita a la Comisión una batería de explicaciones para aclarar cómo este tipo de permisos no se van a convertir en un problema de productividad en la pequeña y mediana empresa europea.

La intención de la Comisión es que haya un permiso retribuido de hasta cuatro meses para cada padre y para cada madre. Que sea intransferible entre ambos; y que se pueda hacer uso de él hasta que el menor alcance los doce años de edad. Actualmente, se puede solicitar una excedencia para este fin. Sin embargo, no hay reglas que marquen que dicho periodo tenga que ser remunerado, al margen de permitir transferirlo al otro progenitor. Cuestiones con las que quiere acabar la nueva norma que se plantea.

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