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Contratar empleados en 2025 cuesta un 28 % más que hace una década: un lastre real para autónomos y pymes

Según un reciente informe de Fundación Civismo —analizado por el medio especializado Autónomos y Emprendedor—, en los últimos diez años contratar a un nuevo empleado en España cuesta en 2025 mucho más, se ha disparado un 28 %.

Este incremento supera ampliamente la subida en los salarios: mientras el coste no salarial (cotizaciones, cargas sociales, etc.) ha crecido ~28 %, los sueldos han subido aproximadamente un 22 % en ese mismo periodo.

El resultado: para muchas pymes y autónomos, la diferencia entre lo que pagan por un trabajador y lo que este realmente percibe se ensancha, haciendo que cada nueva contratación suponga un esfuerzo económico considerable.

 

Datos clave 2025. Contratar empleados en 2025 cuesta un 28 % más que hace una década

El coste laboral medio por trabajador puede rondar los 3.256 €/mes: de ellos, unos 840 € corresponden a costes no salariales (cotizaciones, Seguridad Social, cargas), y los 2.416 € restantes serían salario neto medio.

Traducido anualmente, muchas pymes ya asumen desembolsos del orden de ≈ 37.500 €/trabajador/año cuando consideran sueldo bruto + cotizaciones + otros costes obligatorios.

Las cotizaciones sociales —la parte que suele quedar “fuera nómina”— representan casi una cuarta parte del coste total laboral.

En síntesis: la “foto” de 2025 muestra que crear empleo deja de ser una apuesta razonable para muchas pymes —y eso en un entorno económico ya complicado.

 

¿Por qué se ha disparado el coste de contratar?. Contratar empleados en 2025 cuesta un 28 % más que hace una década

El aumento no es consecuencia de una única reforma, sino del efecto acumulado de varios factores estructurales:

Subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI): cada alza del SMI dispara automáticamente el coste de cotización y otras cargas sociales asociadas.

Incremento progresivo de las bases de cotización: la base mínima y las bases medias sobre las que se calculan cotizaciones se han elevado, lo que encarece la Seguridad Social para el empleador.

Introducción de nuevos recargos y cargas obligatorias: mecanismos como Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), pensiones, contingencias, desempleo, formación, etc. han incrementado la carga no salarial.

Inflación y costes operativos: en un contexto de inflación elevada, los gastos generales —ahorro, costes administrativos, servicios— también suben, lo que agrava la presión sobre pymes.

No estamos ante un “salto puntual” sino ante una tendencia de fondo que complica la expansión de plantilla para muchos negocios pequeños.

 

¿Qué implica este aumento real para autónomos, pymes y emprendedores?. Contratar empleados en 2025 cuesta un 28 % más que hace una década

Reducción del atractivo de contratar

Para muchas pymes, la diferencia entre lo que cuesta un trabajador y lo que este aporta no compensa.

Especialmente en sectores con márgenes bajos o estacionalidad, contratar ya no es una inversión segura: el coste fijo recurrente puede pesar demasiado.

Esto desalienta la creación de empleo y fomenta modelos económicos con plantilla reducida, lo que limita la capacidad de crecimiento y transformación del negocio.

En muchos casos, los autónomos prefieren externalizar o subcontratar, antes que formalizar plantilla.

 

Menor competitividad y rigidez estructural

En un entorno altamente costoso, las pymes pierden competitividad frente a grandes empresas —que pueden soportar mejor los costes fijos— o frente a mercados internacionales.

También dificulta la adaptación: crecer, abrir nuevas líneas de negocio, contratar perfiles especializados o ampliar plantilla deja de ser viable. La rigidez estructural se impone.

 

Incentivo a la economía informal / subcontratación

Cuando contratar en regla implica un coste elevado, muchos negocios valoran la subcontratación, los falsos autónomos o la economía sumergida como vía de escape.

Eso debilita el tejido empresarial formal y reduce aportaciones al sistema.

Este fenómeno va contra los principios liberales de transparencia, competitividad y mercado libre en igualdad de condiciones competitivas.

 

Inseguridad para planificar

Para emprendedores que planean crecer, contratar gente, aumentar producción —o simplemente estabilizar plantilla—, este aumento de costes por década añade una variable de incertidumbre considerable. Hace mucho más difícil proyectar costes, márgenes, precios y sostenibilidad del negocio.

 

Algunas estrategias para afrontar el aumento de costes laborales. Contratar empleados en 2025 cuesta un 28 % más que hace una década

Desde la perspectiva de un medio liberal orientado a emprendedores, autónomos y pymes, proponemos algunas ideas realistas para adaptarse:

Optimizar plantilla con modelos flexibles: delegado externo, freelancers, colaboraciones, subcontratación puntual.

Evitar plantilla fija cuando la carga de trabajo sea variable.

  • Mejorar productividad antes que ampliar plantilla: invertir en tecnología, digitalización, automatización, formación —si cada empleado rinde más, el coste laboral pesa menos por unidad de producción.
  • Externalizar ciertas funciones: contabilidad, mantenimiento, marketing, administración —lo que puede salir más barato que asumir el coste fijo de un empleado.
  • Planificar muy bien la estructura de costes: tener en cuenta cotización, salarios, fiscalidad, cargas sociales y prever escenarios adversos. No basar crecimiento en suposiciones optimistas.
  • Valorar modelos societarios eficientes: microempresas, cooperativas, asociaciones o fórmulas societarias flexibles, cuando correspondan, para modular costes operativos.
  • Defender la competitividad normativa y fiscal: promover, desde los colectivos de empresas y pymes, reformas que reduzcan la carga no salarial, incentivos a la contratación o bonificaciones, especialmente para pequeñas empresas.

 

Un ejemplo práctico: el coste real de contratar a alguien en 2025

Imaginemos un pequeño comercio o pyme que quiere contratar a un empleado con un salario medio modesto.

Con los datos actuales:

  • Salario bruto mensual para ese empleado: ~ 2.416 €.
  • Costes no salariales (cotizaciones, cargas, seguridad social, impuestos, otros): ~ 840 €/mes extra.
  • Total mensual para la empresa: ~ 3.256 €.

Anual: alrededor de 39.072 € (antes de pagas extra, posibles indemnizaciones u otros costes).

Para una pyme con márgenes ajustados, puede suponer un coste tan elevado que difícilmente recupere la inversión —más aún si considera temporadas bajas, variabilidad, riesgo, rotación.

Este ejemplo revela por qué muchos autónomos optan por prescindir de plantilla o subcontratar: el coste fijo es demasiado alto comparado con el beneficio esperado.

 

Impactos agregados: una barrera para la creación de empleo y el crecimiento empresarial

Cuando contratar se encarece tanto, el resultado no es solo una decisión individual de cada pyme: se convierte en un freno estructural al empleo formal, a la expansión de pequeñas empresas y al crecimiento económico real.

  • Menos empleos creados → menor dinamismo del mercado laboral.
  • Menos pymes creciendo → menos innovación, menos competencia, menor densidad de tejido empresarial.
  • Más economía sumergida → menos recaudación, menos recursos para políticas públicas, menos protección laboral.

En un país donde las pymes y los autónomos constituyen el pilar de la economía, esto no es un inconveniente menor: es un problema de fondo.

 

Reflexión liberal: competitividad, libertad económica y el coste de generar empleo

Desde la óptica de un medio liberal como Mundoemprende, esta evolución debe interpretarse como una advertencia: las políticas públicas que incrementan el coste de contratar —aunque tengan fines legítimos como cotización social, pensiones o protección laboral— terminan penalizando al verdadero generador de riqueza en España: las pymes y los autónomos.

La acumulación de costes no salariales, rigidez regulatoria, cargas fijas elevadas y subidas automáticas del salario mínimo crean un entorno adverso a la iniciativa privada, al empleo formal y a la competitividad internacional.

Para recuperar dinamismo, impulso emprendedor y creación de empleo, es necesaria una reforma profunda: menos costes no salariales, mayor flexibilidad, incentivos reales a la contratación, menos presión fiscal y un marco normativo estable y predecible.

Esa es la auténtica apuesta liberal: permitir que quienes generan empleo, crean empresas, innovan y arriesgan, lo hagan con libertad, seguridad jurídica y competitividad.

Porque solo así España podrá maximizar su potencial de crecimiento, empleo y prosperidad real.

 

Conclusión: el coste de crear empleo ya no es lo que era — y eso pesa. Contratar empleados en 2025 cuesta un 28 % más que hace una década

El dato —28 % más caro que hace una década— no puede leerse como una simple estadística: es una barrera real para autónomos, pymes y emprendedores.

Contratar significa mucho más que firmar un contrato: implica asumir obligaciones, cargas, riesgos, compromisos económicos permanentes.

Para muchos, la consecuencia es evidente: menos plantilla, menos inversión, menos crecimiento. Para otros —quienes todavía pueden asumirlo—, la necesidad de reinventarse: encontrar fórmulas flexibles, eficientes y sostenibles de generar actividad sin hipotecar el futuro.

Desde Mundoemprende, creemos que es urgente reclamar políticas que reduzcan la carga de contratar, incentiven la formalización, fortalezcan la competitividad y apoyen al tejido empresarial real.

Porque un país con pymes fuertes, autónomos empoderados y menos trabas administrativas, es un país con más empleo, más innovación y mejores oportunidades para todos.

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