La economía española vuelve a dar señales de estar entrando en un nuevo ciclo, se modera.
En el tercer trimestre de 2025, el crecimiento del Instituto Nacional de Estadística (INE) se situó en apenas un 0,6 % frente al trimestre anterior, lo que representa una desaceleración respecto a periodos anteriores.
El movimiento más preocupante viene del exterior: la demanda externa —exportaciones menos importaciones— restó seis décimas al crecimiento, mientras que la demanda interna siguió tirando.
Este cambio de patrón no es menor para las pymes, los emprendedores y autónomos que operan en un entorno empresarial cada vez más complejo.
En este artículo desde mundoemprende examinamos qué está detrás de esta desaceleración, cómo se estructura el nuevo escenario económico, cuáles son los factores de riesgo y qué deben hacer los emprendedores para afrontar un entorno con menor empuje externo.
¿Qué está pasando exactamente?, la economía se modera al 0,6%
Datos de crecimiento
Según los avances publicados por el INE y recogidos por los medios económicos, el PIB de España creció un 0,6 % en el tercer trimestre de 2025 respecto al trimestre anterior.
Esta cifra supone un frenazo de dos décimas con respecto al periodo precedente.
En términos interanuales, el crecimiento se sitúa en aproximadamente el 2,8 %, también dos décimas por debajo de lo presentado en el trimestre precedente.
¿Quién tira y quién frena?
La demanda interna —consumo de hogares, inversión empresarial, gasto público— siguió aportando al crecimiento.
Un análisis señala que gran parte del empuje provino del consumo privado, impulsado por mejoras en el empleo y la inmigración.
Por contra, la demanda externa se desplomó: las exportaciones cayeron un 0,6 % respecto al trimestre anterior, mientras que las importaciones continuaron subiendo.
Esta caída se traduce en que la contribución exterior al crecimiento fue negativa, restando alrededor de seis décimas al PIB trimestral.
Cambio de ciclo: menos crecimiento pero más desafíos
Que la economía “solo” crezca un 0,6 % trimestral revela que el modelo español que tanto dependía de la internacionalización, las exportaciones y el turismo está mostrando fisuras.
La internacionalización ya no empuja con la misma fuerza y la demanda interna, aunque fuerte, tiene límites en su capacidad para compensar. El riesgo es que la desaceleración se prolongue.
¿Por qué se produce esta moderación? Factores explicativos, la economía se modera al 0,6%
Enfriamiento del mercado internacional
El entorno global no ayuda: el crecimiento en la zona euro es más débil, la demanda de exportaciones españolas se ralentiza y algunos sectores clave (turismo, bienes de consumo) están saturados o afrontan competencia creciente.
En ese contexto, el motor exterior de España se enfría.
Saturación de la demanda interna y costes crecientes
Aunque la demanda interna funciona, ya hay señales de que el consumo per cápita no está recuperando del todo los niveles previos a la pandemia.
Esto significa que el incremento de actividad proviene más del aumento de población activa o de migración que del aumento del gasto individual.
Además, los costes de energía, materiales, salarios, vivienda y transporte continúan elevados, lo que limita el margen de beneficio de empresas y el bolsillo del consumidor.
Dependencia del modelo de volumen y menor valor añadido
El modelo económico español ha sido impulsado por volumen (turismo de masas, exportación de bienes de consumo, construcción).
Cuando ese modelo choca con limitaciones externas o internas, el crecimiento se modera. Para que haya más empuje, hará falta más valor añadido, mayor especialización, más digitalización.
Temporización de fondos e inversión
Los fondos europeos de recuperación (Next Generation EU) siguen presentes, pero muchas inversiones están en fase de despliegue.
Mientras tanto, la productividad por hora no crece con la misma velocidad que la ocupación, lo que limita la mejora estructural del crecimiento.
¿Qué implica esta moderación para emprendedores y pymes?
Menor respaldo externo = mayor necesidad de enfoque doméstico
Para una pyme exportadora, el entorno internacional más débil supone que no se pueden esperar crecimientos “gratis” a través del exterior.
Los emprendedores deberán reforzar el mercado interno, diversificar clientes y ajustar costes de logística e internacionalización.
Oportunidad pero también riesgo en el consumo interno
El consumo sigue siendo motor, lo cual es una buena noticia para negocios orientados al mercado doméstico.
Pero ese motor no es ilimitado.
Para crecer será clave diferenciarse, ofrecer valor, no competir únicamente por precio.
Las empresas que operan en segmentos de bajo valor añadido pueden ver su margen reducido.
Digitalización y valor añadido como palancas de resiliencia
Ante un crecimiento más moderado, la apuesta por digitalizar procesos, subir en la cadena de valor, ofrecer servicios complementarios, innovar, se vuelve esencial.
El emprendedor debe entender que el margen de maniobra se reduce y que la eficiencia interna ganará peso.
Gestión de costes y cautela en la expansión
Un entorno de menor crecimiento aconseja prudencia en la expansión: contratar masivamente, abrir sucursales o asumir costes fijos elevados sin visibilidad clara puede conllevar riesgo.
Es momento de revisar estructura de costes, rotación, productividad y retorno por empleado.
Acceso a financiación y competitividad
Con menor empuje externo, la financiación y la innovación se vuelven más críticas.
Las pymes que dependan de crédito para crecer pueden encontrar condiciones más duras, y la competitividad competitiva estará expuesta.
Las que innoven, tengan procesos eficientes y estén preparadas digitalmente, saldrán fortalecidas.
¿Qué deben hacer los emprendedores y autónomos para adaptarse?, la economía se modera al 0,6%
Revisión estratégica del negocio
- Analizar el entorno externo actual: ¿qué proporción de la actividad depende de exportaciones o turismo?
- Revisar dependencia del mercado exterior y considerar alternativas domésticas.
- Identificar puntos de valor añadido que puedan diferenciar la empresa del resto.
Control estricto de costes y mejora de productividad
- Revisar plantilla, procesos, horas trabajadas, tecnología de automatización.
- Aplicar principios lean en pymes: eliminar desperdicios, mejorar flujo.
- Aumentar eficiencia para que la moderación del crecimiento no se traduzca en reducción de rentabilidad.
Inversión en digitalización y servicios de valor añadido
- Adoptar CRM, e-commerce, marketing digital, fidelización de clientes.
- Crear servicios que añadan valor al cliente y permitan márgenes mayores: soporte, mantenimiento, formación, modelos de suscripción.
Diversificación geográfica y de producto
No depender únicamente de un mercado o canal. Buscar nuevos clientes, nichos, mercados secundarios.
Considerar importaciones más eficientes o sinergias exteriores que no dependan tanto del volumen de exportación.
Preparación financiera y estructural
- Crear colchón de liquidez, anticipar escenarios de crecimiento más lento.
- Monitorizar de cerca KPIs (ingresos por cliente, coste de adquisición, rotación, margen bruto).
- No asumir inversiones de gran riesgo sin visibilidad clara del retorno.
Visión liberal-emprendedora, la economía se modera al 0,6%
Desde la óptica de mundoemprende, el hecho de que la economía española esté perdiendo algo de empuje externo no es una señal de alarma definitiva, pero sí un llamado de atención.
Un entorno de crecimiento moderado exige que el emprendedor sea más ágil, más eficiente y más estratégico, no que dependa de la “corriente general” para avanzar.
El liberalismo económico aplicado al emprendimiento apuesta por que las empresas sean dueñas de su destino, no simplemente beneficiarias de vientos favorables.
En ese sentido, este momento de moderación es oportunidad: las empresas que aprovechen para mejorar, innovar, diferenciarse y optimizar saldrán fortalecidas.
Las que esperen que “todo seguirá igual” verán cómo la tabla de salvación del crecimiento externo se hunde.
La economía española no está en recesión, pero sí se enfrenta a un cambio de rumbo: ha de dejar de apoyarse mayoritariamente en volumen (exportación, turismo, construcción) y pasar a calidad (valor añadido, digitalización, servicios).
Para el emprendedor esto significa que los próximos años no serán fáciles, pero serán fértiles para quien entienda que la ventaja competitiva vendrá de dentro: del talento, del proceso, de la eficiencia, del know-how.
Conclusión España tira del consumo pero cojea en el exterior: la economía se modera al 0,6 %
La moderación del crecimiento al 0,6 % en el trimestre y el retroceso de la demanda externa son señales de que la economía española está en un momento de transición.
No se trata de un frenazo repentino que indique crisis, pero sí de un aviso: el modelo ha dejado de impulsar tanto como antes y es hora de ajustarse.
Para los emprendedores y pymes, la clave estará en no confiar en el “viento a favor” eternamente, sino en construir su motor propio.
En un entorno con menor aporte externo, lo que cuentan son la eficiencia, la innovación, la estrategia.
Quien se quede en el piloto automático podrá verse superado.
En definitiva: la economía española no necesita más volumen solo por volumen; necesita valor, diferenciación, resiliencia.
Y el emprendedor, más que nunca, debe coger el timón.













0 comentarios