En ocasiones, plantear una auditoría de cuentas se asocia a una situación negativa, como si se tratara de un plato de mal gusto para cualquier empresa. Y esto es así porque a menudo se realizan para confirmar que algo no va bien, que algún socio ha metido la mano en la caja, etc. Sin embargo, no tiene por qué ser así, como nos recuerdan desde AOB Auditores.
De hecho, se trata de un trámite obligatorio para muchas medianas empresas. Pero lo que pocos saben es que llevar a cabo esta acción puede ser el primer paso para una estrategia de crecimiento. Así nos lo explican.
La mejor señal de transparencia
Se puede abordar una auditoría desde una perspectiva netamente positiva: la transparencia. Esta idea ha cobrado una gran importancia en la actualidad, y no sólo en el mundo político, sino también en el empresarial. Revisar las cuentas y mostrarlas sin tapujos, poniendo luces y taquígrafos sobre ellas, se trata de una medida muy acertada cuando se desea vender participaciones de la sociedad, cuando se busca dar entrada en el capital a inversores externos o cuando se quiere salir a Bolsa, entre otras muchas situaciones.
Y esta cuestión es algo en lo que coinciden tanto consultoras como agencias de rating, instituciones educativas, grandes medios de comunicación y líderes de opinión. Por ejemplo, así lo indica la famosa revista Forbes en varios de sus números recientes. O escuelas de negocios como OBS Business School, que elabora periódicamente un Informe sobre Transparencia en Empresas Españolas, que pone de manifiesto el avance de las compañías de nuestro país en esta materia en los últimos años.
El descubrimiento de lo que falla
Una auditoría puede ser también el punto de partida de una reconstrucción, el punto de inflexión para la historia de una sociedad: con este trabajo exhaustivo elaborado por expertos profesionales, muy a menudo se logra descubrir qué es lo que está fallando en una compañía, por qué parece que los beneficios se están yendo por el desagüe y en qué punto exacto está dicha fuga.
A menudo se trata de un proceso duro, pues se intuye de antemano que las conclusiones pueden ser dolorosas. Sin embargo, si la compañía está pasando por dificultades y no se ha perdido la esperanza de reflotarla, la auditoría debería ser una herramienta para lograrlo.
Esta medida también debería plantearse como algo necesario cuando una empresa se lo puede permitir, es decir, cuando se está desenvolviendo adecuadamente a nivel de ingresos, pero ‘algo’ parece estar lastrando el crecimiento en forma de gastos. En este último caso, se puede concebir la auditoría como una auténtica inversión.
Pero, aunque en este artículo nos hemos centrado en empresas, lo cierto es que esta misma estrategia se puede realizar en fundaciones, partidos políticos o instituciones públicas. Sólo de esta manera se puede alcanzar en ocasiones un verdadero lavado de imagen y una auténtica recuperación reputacional, clave para poder atraer nuevas inversiones o para disfrutar de nuevo de la confianza de los ciudadanos. Y a la hora de buscar expertos auditores Madrid, Barcelona o cualquier otra ciudad española ofrecen las máximas garantías.
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