En los últimos años, las empresas españolas han enfrentado un alza significativa en los costes laborales, y ahora el desafío de reducir la jornada laboral.
Este escenario plantea desafíos adicionales ante propuestas gubernamentales que buscan reducir la jornada laboral semanal.
La combinación de mayores costes por hora trabajada y la posibilidad de una menor cantidad de horas laborables sitúa a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas, en una situación compleja que requiere un análisis detallado.
Costes laborales al alza y el desafío de reducir la jornada laboral
Incremento del coste laboral por hora trabajada
Desde el tercer trimestre de 2018, el coste por hora trabajada en España ha experimentado un aumento del 21,5%.
Este incremento se ha visto influenciado por diversas medidas económicas y laborales implementadas en los últimos años.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), este aumento ha supuesto un desafío para las empresas, que deben afrontar mayores gastos en términos salariales y de cotizaciones sociales.
Impacto de las sucesivas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en el alza de los Costes laborales y el desafío de reducir la jornada laboral
El SMI ha sido objeto de varias revisiones al alza en los últimos años.
En 2025, se estableció en 1.184 euros mensuales en 14 pagas, lo que representa un incremento del 4,4% respecto al año anterior.
Este aumento tiene un impacto directo en los costes laborales de las empresas, especialmente en aquellas donde los salarios están más próximos al mínimo legal.
Propuesta de reducción de la jornada laboral
Paralelamente, el Gobierno ha planteado la posibilidad de reducir la jornada laboral semanal de 40 a 37,5 horas.
Esta medida busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores y fomentar la conciliación laboral y personal.
Sin embargo, desde el ámbito empresarial, esta propuesta genera preocupación debido a que, manteniendo los salarios actuales, la reducción de horas incrementaría el coste por hora trabajada, afectando la competitividad y rentabilidad de las empresas.
Reacciones del tejido empresarial a los Costes laborales al alza y el desafío de reducir la jornada laboral
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son las más afectadas por estos cambios. Un estudio de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) alerta que la subida del SMI en 2025 representa más del 70% del sueldo medio en las pymes, superando el compromiso del Gobierno de mantener el SMI en torno al 60% del salario medio, tal como estipula la Carta Social Europea.
Cepyme advierte que este incremento podría afectar negativamente la productividad y la capacidad de empleo de las pymes, estimando que alrededor de 350.000 oportunidades de empleo se han perdido debido a los incrementos acumulativos del SMI desde 2018.
Comparativa internacional
A nivel europeo, España se encuentra en una posición intermedia en cuanto a costes laborales por hora trabajada.
Países como Alemania y Francia presentan costes más elevados, mientras que en naciones del este de Europa, los costes son significativamente menores.
Sin embargo, es importante considerar que la productividad y el poder adquisitivo también varían entre estos países, lo que influye en la competitividad internacional.
Perspectivas económicas y laborales ante los Costes laborales al alza y el desafío de reducir la jornada laboral
Las empresas españolas prevén una mejora en sus ventas en el corto plazo, especialmente en los sectores de servicios y actividades profesionales y administrativas.
No obstante, anticipan un aumento de precios y costes de producción debido a la inflación.
En el primer trimestre de 2025, el 60,9% de las empresas han soportado mayores costes intermedios, con un incremento significativo de precios de venta.
Se espera que casi el 60% de las empresas aumente sus precios en el próximo año, mientras que el 76,6% anticipa un aumento de los costes laborales. La incertidumbre político-económica y el incremento de los costes energéticos son las principales preocupaciones de las empresas.
Medidas adoptadas por las empresas
Ante este escenario, algunas empresas han optado por estrategias para mitigar el impacto de los incrementos en los costes laborales.
Por ejemplo, Mercadona implementó en 2025 un aumento salarial del 8,5% para toda su plantilla, beneficiando a más de 100.000 empleados en España y Portugal.
Los salarios iniciales se incrementaron a 1.685 euros brutos al mes, un 27% superior al SMI, y a 2.280 euros brutos/mes para empleados con más de cuatro años en la empresa, un 72% por encima del SMI.
Además, Mercadona distribuyó 700 millones de euros en beneficios entre sus empleados y otorgó una prima adicional junto con la tradicional prima de resultados, recompensando así el esfuerzo y los objetivos alcanzados.
Desafíos para las microempresas frente los Costes laborales al alza y el desafío de reducir la jornada laboral
Las microempresas, que representan una parte significativa del tejido empresarial español, han experimentado una disminución en su número desde la pandemia, con una caída del 1%.
En contraste, las grandes empresas han aumentado un 19,5% en el mismo periodo.
Los costes empresariales han subido un 24,5% desde 2019, especialmente los costes laborales, que han afectado más a las microempresas.
El empleo ha crecido un 0,8% en microempresas, comparado con un 6,5% en grandes empresas.
Los costes de insumos y servicios han registrado aumentos significativos, y el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, ha solicitado al Gobierno medidas para moderar los costes laborales y cotizaciones.
Conclusión La encrucijada empresarial: costes laborales al alza y el desafío de reducir la jornada laboral
El aumento del coste por hora trabajada en España, impulsado por la subida constante del SMI y los costes de cotización a la Seguridad Social, está generando un dilema complejo para el tejido empresarial.
A esto se suma la intención del Gobierno de reducir la jornada laboral sin ajuste proporcional en los salarios, lo que incrementa aún más el coste de cada hora de trabajo.
¿A quién beneficia realmente esta situación?
Si bien estas medidas buscan mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, la realidad económica de las empresas, especialmente las pymes y los autónomos, no puede ignorarse.
Los datos son claros: los costes laborales están ahogando a muchas empresas, dificultando su capacidad para contratar, invertir y, en algunos casos, sobrevivir.
Impacto en las empresas de los Costes laborales al alza y el desafío de reducir la jornada laboral
- Pymes y microempresas al límite: Las pequeñas empresas, que representan el 99% del tejido empresarial en España, son las más afectadas. Al no contar con la misma capacidad financiera que las grandes compañías, tienen menos margen para absorber estos aumentos. Cada subida del SMI y cada nuevo coste laboral que se impone, reduce sus posibilidades de contratar o incluso de mantenerse en el mercado.
- Pérdida de empleo y aumento de la informalidad: Aunque el Gobierno insiste en que las subidas del SMI han tenido un impacto positivo en la economía, los datos indican que muchos negocios han optado por reducir sus plantillas o contratar menos para compensar el aumento de costes. Además, el riesgo de que aumente la economía sumergida es real, ya que algunos empresarios y autónomos pueden verse tentados a contratar trabajadores sin declararlos para evitar las cargas fiscales y laborales.
- Freno a la competitividad: En un mercado globalizado, las empresas españolas están perdiendo competitividad frente a otros países. Mientras que en economías como Alemania o Francia el coste por hora trabajada es más alto, también lo es la productividad y la inversión en I+D. En España, el aumento del coste laboral no ha ido acompañado de una mejora significativa en la productividad, lo que pone en peligro la sostenibilidad del modelo económico.
Impacto en los trabajadores
- Subidas salariales sin un mercado laboral fuerte: Aunque el aumento del SMI beneficia a muchos trabajadores a corto plazo, si las empresas no pueden asumir estos costes, el resultado es menos empleo y más precariedad. La intención de reducir la jornada laboral sin ajustar los salarios puede provocar que muchas empresas no contraten nuevos trabajadores y exijan a sus actuales empleados mayor productividad sin mejoras reales en sus condiciones.
- Menos oportunidades para jóvenes y desempleados: Las personas que buscan su primer empleo o aquellos que llevan tiempo en paro pueden encontrar aún más dificultades para acceder al mercado laboral. Cuanto más caro es contratar a un trabajador, más reticentes serán las empresas a ampliar sus plantillas, especialmente si el crecimiento económico no es sólido.
¿Qué soluciones podrían equilibrar la situación?
- Una reducción de la carga fiscal sobre el empleo: Si el objetivo es mejorar los salarios sin afectar a las empresas, una posible solución sería reducir los impuestos y cotizaciones sociales que pagan los empleadores. Esto permitiría mantener o incluso aumentar los sueldos sin que las empresas sufran un impacto negativo en sus costes.
- Ajuste del SMI según productividad y sectores: No todos los sectores pueden asumir un SMI elevado de la misma manera. Un ajuste más flexible, adaptado a la realidad de cada industria, podría ayudar a evitar que sectores más vulnerables sufran despidos o cierre de empresas.
- Incentivos a la contratación en lugar de más cargas: En lugar de imponer más costes, el Gobierno debería implementar incentivos reales para la contratación, como reducciones en las cotizaciones para nuevos empleos o para la conversión de contratos temporales en indefinidos.
Conclusión final: Un equilibrio necesario
La reducción de la jornada laboral y la subida del SMI son medidas que, en teoría, buscan mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
Sin embargo, si no se implementan con una visión global que tenga en cuenta la capacidad real de las empresas para absorber estos cambios, el efecto puede ser contrario al deseado: más paro, más informalidad y menor crecimiento económico.
España necesita un modelo que combine la mejora de las condiciones laborales con la sostenibilidad del tejido empresarial.
Para ello, es fundamental que se reduzca la carga fiscal sobre el empleo, se aumenten los incentivos a la contratación y se diseñen políticas adaptadas a la realidad de cada sector.
Si las empresas no pueden sostener el ritmo de crecimiento de los costes laborales, el resultado será una economía menos competitiva y un mercado laboral más frágil.
Encontrar el equilibrio entre derechos laborales y viabilidad empresarial es el verdadero reto que España debe afrontar en los próximos años.
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