En abril de 2025, un dato ha encendido las alarmas sobre la sostenibilidad del modelo económico y social de España: solo el 37%  de los españoles, de la población activa —aproximadamente 17,7 millones de personas— sostiene económicamente al resto de los 49 millones de habitantes del país.

Este reducido grupo de trabajadores y autónomos financia, directa o indirectamente, a más de 30 millones de personas, incluyendo jubilados, menores, desempleados y empleados públicos.

Esta situación plantea serias dudas sobre la viabilidad a largo plazo del sistema de bienestar y la necesidad urgente de reformas estructurales.​

La base productiva: un pilar cada vez más estrecho

Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) y análisis de medios especializados, la estructura productiva de España se concentra en un 36,7% de la población, es decir, unos 17,7 millones de personas.

Estos trabajadores y autónomos son la base que sustenta al conjunto del país, ya que de ellos depende mantener al resto de la población.

Con una población total de aproximadamente 48 millones, esto significa que más de 30 millones de personas dependen económicamente de este grupo.​

Un Estado del bienestar tensionado, el 37% españoles sostiene el país

La presión sobre el sistema de bienestar es cada vez mayor.

Con una población envejecida y una tasa de natalidad en descenso, el número de pensionistas y personas dependientes aumenta, mientras que la base de contribuyentes se reduce.

Además, la financiación de los servicios públicos, como la sanidad y la educación, recae en gran medida sobre los trabajadores del sector privado, lo que genera tensiones fiscales y cuestiona la sostenibilidad del modelo actual.​

El papel de la inmigración en el mercado laboral

La inmigración ha sido un factor clave para mitigar el impacto del envejecimiento poblacional en el mercado laboral español.

Desde 2019, la población en edad de trabajar ha disminuido en casi un millón de personas, pero la llegada de 2,1 millones de inmigrantes ha compensado esta pérdida, permitiendo mantener el dinamismo del mercado laboral.

En 2024, el 88% de los nuevos empleos fueron ocupados por extranjeros o personas con doble nacionalidad, lo que destaca la importancia de la inmigración en el ámbito laboral.​

Desafíos demográficos y económicos

El envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad son desafíos estructurales que afectan directamente a la economía española.

La generación del ‘baby boom’ se acerca a la jubilación, lo que aumentará la presión sobre el sistema de pensiones.

Además, la disminución de la población en edad de trabajar podría limitar el crecimiento económico y la capacidad de innovación del país.​

Necesidad de reformas estructurales, sólo el 37% españoles sostiene el país

Ante este panorama, es urgente implementar reformas estructurales que aborden los desafíos demográficos y económicos de España.

Entre las medidas necesarias se incluyen políticas que fomenten la natalidad, incentiven la participación en el mercado laboral, especialmente de mujeres y mayores de 55 años, y promuevan la formación y la adaptación a las nuevas demandas del mercado.

Además, es fundamental revisar el sistema fiscal y de pensiones para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.​

Conclusión El 37% de los españoles sostiene al país: una economía al borde del desequilibrio estructural

La situación actual, en la que solo el 37% de la población sostiene económicamente al resto, es insostenible a largo plazo.

Sin una base productiva sólida y amplia, el sistema de bienestar y el crecimiento económico están en riesgo.

Es imprescindible que las autoridades y la sociedad en su conjunto reconozcan la gravedad del problema y trabajen conjuntamente en la implementación de reformas que aseguren un futuro próspero y equitativo para todos los ciudadanos.​