En los primeros dos meses de 2025, España ha confirmado la Gran Dimisión, ha registrado más de 419.000 dimisiones voluntarias, superando en un 6,1% las cifras del mismo periodo del año anterior.
Este fenómeno, lejos de ser un episodio aislado, evidencia un cambio profundo en las dinámicas del mercado laboral español, donde factores como la insatisfacción laboral, la búsqueda de mejores condiciones y un cambio generacional en las prioridades están redefiniendo la relación entre empleados y empleadores.
Un récord histórico en dimisiones, la gran dimisión en España
Según datos de la Tesorería General de la Seguridad Social, en los dos primeros meses de 2025 se han registrado 419.944 bajas voluntarias de afiliación, marcando un nuevo máximo histórico.
Este incremento no solo afecta a los contratos indefinidos, que representan el 77% de las dimisiones, sino que también se observa un repunte en las renuncias de trabajadores con contratos temporales, tras dos años de descenso.
Factores que impulsan la Gran Dimisión en España
Diversos estudios y expertos coinciden en que este fenómeno está impulsado por múltiples factores:
- Insatisfacción laboral: Una encuesta de Hays revela que el 54% de los trabajadores españoles están disconformes con su salario, y más de la mitad perciben una falta de oportunidades de ascenso en sus empresas.
- Búsqueda de equilibrio: La pandemia ha llevado a muchos a replantearse sus prioridades, valorando más el equilibrio entre la vida personal y laboral.
- Condiciones laborales precarias: Sectores como la hostelería, el comercio y la construcción presentan altas tasas de dimisiones, reflejando condiciones laborales menos favorables.
- Cambio generacional: Las generaciones más jóvenes, especialmente los millennials y la Generación Z, priorizan valores como la flexibilidad, el propósito y la alineación con sus principios personales, lo que los hace más propensos a cambiar de empleo si no encuentran estas cualidades en su entorno laboral.
Impacto en el mercado laboral
Este aumento en las dimisiones tiene múltiples implicaciones:
- Fuga de talento: Casi la mitad de las empresas reconocen estar inmersas en un proceso de pérdida de talento, lo que afecta su productividad y competitividad.
- Dificultades en la contratación: A pesar de tener 2,7 millones de desempleados, muchas empresas enfrentan dificultades para cubrir vacantes, especialmente en sectores con alta rotación laboral.
- Necesidad de adaptación: Las empresas deben replantear sus estrategias de retención y atracción de talento, ofreciendo condiciones laborales más atractivas y alineadas con las expectativas de los trabajadores actuales.
Comparativa internacional
Aunque el fenómeno de la «Gran Dimisión» se ha observado en varios países, en España presenta características particulares.
Mientras que en otros lugares las renuncias han disminuido tras los picos post-pandemia, en España continúan en aumento, lo que sugiere un cambio estructural más profundo en el mercado laboral nacional.
Conclusión España y la Gran Dimisión: más de 400.000 renuncias en dos meses reflejan un cambio estructural en el mercado laboral
La creciente ola de dimisiones en España no es simplemente una respuesta a condiciones laborales insatisfactorias, sino que refleja una transformación en las expectativas y valores de los trabajadores.
Las empresas que no se adapten a estas nuevas realidades corren el riesgo de perder talento y competitividad.
Es esencial que se implementen políticas laborales que promuevan la flexibilidad, el desarrollo profesional y un entorno laboral saludable.
Solo así se podrá revertir esta tendencia y construir un mercado laboral más sostenible y equitativo.
Para incentivar que los empresarios paguen mejores salarios e inviertan en sus empleados tiene que haber un cambio en las obligaciones a las que los empresarios están sometidos con las actuales leyes laborales.
Premiando a los que no sirven, encareciendo el despido y permitiendo que los médicos den bajas a todo el que lo pida, no se van a aumentar los salarios.
Lo unico que busca mucha gente es que les paguen sin trabajar, las bajas por ansiedad, depresión y dolores que nunca se pueden probar son una pérdida nefasta para la maquinaria del empleo.
La culpa no está en el empresario que es quien arriesga todo, está en la sin verguenzura de la gente y las malas políticas labores que ya mencioné