Ana Botín, presidenta del Banco Santander, exige al Gobierno ayudas a pymes y autónomos en forma de capital y no de créditos.
En su opinión, la colaboración entre los bancos, el Tesoro y el ICO en la primera etapa de la crisis fue fundamental para darles liquidez, pero ahora, opina, «necesitan inyecciones de capital más allá de los créditos».
Si las pymes, los autónomos y las familias no pueden hacer frente al pago de sus deudas se incrementará la morosidad de los bancos y éstos tendrán que hacer mayores provisiones. Por eso, Botín recalcó que “lleguen las ayudas cuanto antes”.
El banco Santander tiene “gran capacidad para seguir creciendo de forma orgánica en sus nueve mercados”, afirmó la presidenta, pero descartó entrar en el baile de fusiones en España y para que se produzcan en Europa, en su opinión, “debería cambiarse la regulación”.
Además, el banco cerró el 2020 con unas pérdidas contables de 8.771 millones debido a la actualización del fondo de comercio de las filiales del Reino Unido, Estados Unidos y Polonia, los activos fiscales diferidos y las provisiones ante el previsible incremento de la morosidad por la pandemia.
Se trata de pérdidas históricas, puesto que el año 2019 ganó 6.515 millones y el ejercicio anterior 7.810 millones.
Hay que recordar que para el ERE en España, que afecta a 3.572 empleados e implica el cierre de unas 1.100 sucursales, se han destinado 700 millones como costes de reestructuración, cifra que se eleva a 1.146 millones si se tienen en cuenta los ajustes de personal que también se están efectuando en otros países.
En cuanto al pago de dividendos, Botín defendió que la intención del banco es recuperar el pay out de entre el 40% y el 50% en efectivo en el medio plazo; pero hasta que se levanten las limitaciones del BCE, el Santander va a abonar lo máximo que se le permite.
Fuente: La Vanguardia
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