Emprender un negocio es una de las decisiones más valientes que una persona puede tomar en la vida. Requiere mucha responsabilidad, mucha templanza y gran capacidad de adaptación a una realidad que cambia día a día.
Uno de los puntos clave a la hora de abrir un negocio que requiera una fuerte inversión es el factor económico. Contar con un aval bancario para poder acceder a préstamos con buenas condiciones es muy positivo, ya que las entidades financieras, en los tiempos que corren, cuantas más garantías puedan tener, mejor.
La situación hoy por hoy, debido al impacto que está teniendo la pandemia, se ha vuelto muy inestable. La incertidumbre se palpa en cada decisión, en cada medida que desde los gobiernos autonómicos o centrales se toma. Y, es que trabajar en un marco tan cambiante, a la par que arriesgado, se convierte en una aventura por la que no todos están dispuestos a pasar y que no todos son capaces de soportar. Es un contexto muy duro y si no se dispone del suficiente músculo financiero resulta en muchos casos imposible.
Por esto, invertir, precisamente, en estos tiempos se ha convertido en un acto heroico y admirable. Si se asume la incertidumbre como el entorno en el que el negocio se moverá y se adaptan los objetivos a esa misma situación, cambiante y compleja, la aventura se hará mucho más llevadera y el negocio en sí contará siempre con una suerte de plan de contingencia de manera natural porque nació con él.
Si estás pensando en emprender, este artículo te ofrecerá una pequeño checklist y consejos para que puedas ir sopesando la decisión y te vayas haciendo preguntas y llegando a compromisos.
- La idea y el estudio de mercado. A veces no basta sólo con tener una buena idea, si no hay que valorar si esta idea es útil para los clientes potenciales y si no está suplida ya por otros negocios. Consiste en enfocarse en qué problema es capaz de resolver nuestro negocio y qué espacio pretende ocupar en el mercado de entre los que ya lo resuelven. En este sentido, es poco común ser el único player de un sector, por lo que es importante saber qué están haciendo los demás, dónde están y cómo se están posicionando para saber qué espacios quedan.
- La vocación y el compromiso. Muchas veces, a pesar de saber que el espacio que hay en el mercado es poco, es tan fuerte la vocación por emprender que se hace igualmente. Un gran porcentaje del éxito de un emprendedor se obtiene por su esfuerzo, trabajo y compromiso, por lo que la vocación es no es baladí. Un negocio requiere mucho tiempo y mucha dedicación; tendrás que preguntarte si estás dispuesto a renunciar a ciertas cosas, al menos, al principio.
- La hoja de ruta. Es importante marcarse un plan, ponerse una serie de objetivos y plantearse una estrategia sobre cómo se va a conseguir. Los primeros tiempos del emprendedor estarán caracterizados en muchas ocasiones por mucha bruma, por lo que tener claro hacia dónde se va y cómo se va a conseguir llegar a puerto resulta fundamental para no perderse. Si esto sucediera, sin embargo, por factores que no se habían tomado en consideración, siempre se puede corregir el rumbo. No siempre el mercado se comporta como se espera a pesar de los estudios, y suficiente prueba de ello la hemos tenido durante 2020.
- El lugar. Emprender no es solo abrir un negocio físico, también se puede hacer algo online, en forma de tienda o, simplemente, prestar un servicio B2B. Sea como sea tu tipo de negocio, tienes que tener claro dónde está y en qué límites te puedes mover. En tu radio de actuación, que puede ser físico – y llegar a una manzana – o digital tendrás que crear tu propia forma de promocionarte, ya sea a través de publicidad tradicional en las zonas que elijas o a través de acciones de tipo cualitativas o experienciales.
- La comunicación. La comunicación es bidireccional. Recibir feedback de los clientes, escuchar activamente al mercado y las necesidades que estén surgiendo que puedan ser complementarias a lo que ofreces, es importante para no encorsetarte y para evolucionar siempre de forma natural y evitar que los clientes marchen a una competencia más avanzada.
- El premio y la fidelización. La recurrencia de los clientes es el premio y la fidelización es la vía. El compromiso que tú tengas con tu negocio va a ser exactamente el mismo que vayas a trasladar a tus clientes. Ofrecerles una buena experiencia de compra, con un buen trato y un buen producto es lo que va a hacer que te valoren positivamente y que puedan – o no – recomendarte a otras personas que pudieran tener un problema similar que solucionar. Crearte una cartera de clientes fijos es fundamental para poder vivir con serenidad y confianza.
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