En nuestra sección de Emprendedores que hicieron historia, contamos con una nueva historia que nos trae Elena Zamora.
Nos trasladamos a Estados Unidos, concretamente al siglo 19. En esta época los hombres tenían que afeitarse cada dos días, o en algunos casos todos los días. Para ello acudían a la barbería más cercana o la hacían con una navaja, un objeto que era muy bonito, pero muy poco práctico, ya que comprarlas salía muy caro y además había que afilarlas cada cierto tiempo…
Nuestro protagonista de la historia de hoy se llama King Camp, y su apellido lo diré más adelante, o a lo mejor lo adivinas… King Camp trabajaba como vendedor de tapones de corcho por todo Estados Unidos, pero tenía ambiciones.
Un día, el presidente de la compañía para la que trabajaba le dijo «si quieres hacerte rico, inventa un objeto desechable que la gente consuma una y otra vez, así te asegurarás de que los clientes siempre vengan a por más’’.
Escucha la historia completa a continuación:
0 comentarios