El segundo trimestre de este año, coincidiendo con el confinamiento, terminó con 36.100 autónomos menos. Sin embargo, hubo 36.500 más que en marzo.
El número de trabajadores por cuenta propia descendió bruscamente durante el segundo trimestre de 2020. Exactamente, hubo 36.100 autónomos menos que en los mismos meses del año anterior. Este período ha sido el más castigado por la crisis del coronavirus, ya que en el mismo tiempo del año anterior había 34.600 autónomos más que a finales de este julio.
Sin embargo, y desgraciadamente, no hemos alcanzado el pico de bajas de autónomos. El otoño e invierno próximos van a ser extremadamente duros y sus consecuencias se reflejarán en el empleo y en la destrucción de los negocios. Según la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) es necesario impulsar un escudo de liquidez. Además, también ven fundamental aplicar medidas que ayuden a salvar a los autónomos y al empleo.
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), la pandemia ha provocado que en abril, mayo y junio se hayan destruido más de un millón de empleos. Por otro lado, los empresarios con trabajadores a su cargo han descendido en 57.700 personas.
La otra cara de la moneda
Sin embargo, cabe destacar que la EPA ha concluido que el número de autónomos individuales ha subido en 35.600 durante el segundo trimestre del año.
Si analizamos la situación, por un lado, la prestación por cese de actividad ha sujetado muchas bajas de autónomos. Por otra parte, puede que esta subida de las altas de trabajadores individuales estén ligadas a las actividades estivales.
Este hecho contrasta con la caída del número de trabajadores autónomos empleadores. Éstos han sido el colectivo más castigado por la crisis sanitaria, ya que les ha resultado muy difícil mantener unas nóminas cuando los ingresos eran casi nulos.
Los rebrotes están afectando seriamente la demanda al consumo. Uno de los sectores más castigados es el turismo que, obviamente, tendrá un reflejo en la economía del país, así como en el empleo. Según el presidente de ATA, Lorenzo Amor, «es necesario poner en marcha un nuevo Plan Marshall para ayudar al empleo y mantener la actividad económica».
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