La nueva normalidad cada vez peligra más debido a los rebrotes que están apareciendo. Éstos traen consigo consecuencias catastróficas para los autónomos.
Parece que la nueva normalidad ha provocado una grave relajación con el coronavirus. Lo cierto es que en ningún momento hemos dejado de lado el virus, sino que hemos aprendido a convivir con él. El mapa de los rebrotes es cada vez más dantesco, ya que pinta un negro futuro para los autónomos españoles. Según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), la destrucción de empleo alcanzaría los 600.000 negocios cerrados durante este año. Ni siquiera las prestaciones y las ayudas serían capaces de sostener el número de autónomos con los que contamos.
Actualmente, la media de la prestación por cese de actividad gira en torno a los 800 euros, unos 1.200 millones mensualmente. A estas cifras habría que sumarles otros 1.300 millones de las exoneraciones de cotizaciones de la RETA. En este sentido, UPTA cree que, si se complica la situación con los rebrotes, sería la gota que colma el vaso para los sectores más sensibles de la economía.
Los sectores
Dichos ámbitos de la economía española serían los establecimientos hosteleros y de ocio, taxistas, pequeños comercios… Con la temporada veraniega su situación no mejora y, además, parece que incluso están disminuyendo esas posibilidades de reflote. Por otro lado, una vez que concluya el verano, esta situación de asfixia le tocará a miles de autónomos.
Un nuevo rescate alcanzaría los 5.000 millones de euros. Además, tendría que hacer frente a los 4 millones que se dotaron para las prestaciones por el cese de actividad del periodo anterior.
Desde la UPTA consideran que debe realizarse un reparto de los fondos europeos basado en la protección de las economías más débiles. Por ello, ha de reforzarse la coordinación entre todas las administraciones y diseñar conjuntamente un plan de contingencia.
Medidas de protección
Desde la UATAE proponen que se apliquen medidas excepcionales de protección que abarquen más allá de septiembre.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), entre mayo de 2019 y mayo de 2020 la actividad de los servicios disminuyó un 3%. La caída más grave se da en la hostelería con un -87,2%. En segundo lugar, se encuentran las actividades administrativas, representando un -48,4%. Más tarde encontramos el transporte y el comercio.
En cuanto a las comunidades autónomas, la peor parada es Baleares con un -57,3%, seguida de Canarias con el -48,3%. Madrid se sitúa con un -37,6% y Cataluña con un -34,3%.
Respecto a los datos de gastos con la tarjeta bancaria durante el 13 al 19 de julio, reflejan, de nuevo, una caída interanual del consumo respecto al pasado año. Esta caída se da sobre todo en las zonas turísticas como el centro de Madrid y Barcelona y en los archipiélagos de Baleares y Canarias, donde la caída ha llegado al 70 y 80%. Este bajón, obviamente, viene dado como resultado del parón económico de los meses anteriores, donde pymes y autónomos se quedaron sin un colchón sobre el que sostenerse.
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