En la actualidad, estamos ante un mundo de cambio constante y de transformación digital.
Las nuevas tecnologías han cambiado nuestras vidas y nuestros trabajos y han hecho que ya no concibamos nuestro día a día sin ella.
Internet, los smartphone y el comercio electrónico se han convertido en nuestros compañeros de viaje.
A las pequeñas y medianas empresas les está costando más adaptarse a estos nuevos tiempos y esto les puede suponer un problema para su propia supervivencia.
Esta situación podemos verla todavía más clara en los negocios en los que sus dueños tienen más de sesenta años, ya que sus conocimientos digitales son menores.
Por otra parte, los trabajadores de las empresas también tienen carencias en la transformación digital. Sus empleados más tradicionales son reticentes a los cambios y les cuesta adaptarse a la nueva situación. Esta adaptación a lo digital debe ser responsabilidad tanto de la empresa como del trabajador.
En cambio, los trabajadores jóvenes que han crecido en un mundo digital tienen mejor disposición para afrontar estos cambios y están más preparados para ello ya que les es más fácil aprender los nuevos procesos y las nuevas técnicas.
La competencia es uno de los problemas más complicados a los que se enfrentan las pymes ya que las grandes empresas ya están prácticamente en su totalidad digitalizadas.
En estos cambios entran en escena las grandes empresas, como los marketplaces, los cuales ofrecen la posibilidad de comprar con un clic desde casi todos los lugares del mundo.
Además, mucha culpa de que las pymes no se adapten es la falta de recursos que tienen para ello ya que las ayudas en nuestro país son insuficientes.
Hay que tener conciencia de la importancia de esta transformación digital y hay que adaptarse a estos cambios.
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